Delirio simplemente bello
Este poema cumplió una promesa que tal vez tardó demasiado, no presumo de que sea bello, pero lo que compartí lo fue para mi.
Edén gotea del dígito divino
Cada lago de tinta sagrada
es un abrevadero de mariposas
de vitela. Cada poro
un estanque.
Épicos segundos de piel inmesurada
encuadernan lepidópteros
de inmaculada caligrafía.
Inarticulada, sacra y cálidamente
oscura guirnalda de pigmentos
azucarados. Chocolate de pliegues.
Hebras de brisa estancada
entre cuatro caudales de tierna
ansiedad.
Dos arbustos decoran la entonación
de tenues libaciones de ambrosía satifecha.
Gemidos.
Un cálido colibrí revuelve el zumo
con piquillo punzante.
El minúsculo corazón es una espiral
de cosquillas entre dactilares
comisuras.
Salpica.
Pecas de eternidad.
El cucú, siempre celoso
codicia la oscilación
del penetrante péndulo.
Ofrendas ligeramente límpidas
huellas de perfume
en delicados ademanes
de manecillas.
Aceleremos el torbellino
de agujas que nos persiguen
las parcas miradas.
calor de sombra
espasmo de sombra
caricia de sombra
espiral tintinábula
espinal tintinábula
expirar tintináb…
tin…
tin..
respiras.
Pecas de amor.
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12 abril, 2010 a 1:43 am
I loved it!!