Héroes porque murieron
Logo de la compañía Blackwater, que tiene soldados privados destacados en Irak
Acabo de visitar una sección de endi.com dedicada a la memoria de los soldados puertorriqueños caídos en Irak, 32 hasta ahora. Se llama Héroes Boricuas e incluye un excelente texto de Mayra Montero que hace pensar en por qué se sigue peleando una guerra cuyo motivo, la supuesta presencia en Irak de armas de destrucción masiva, fue probado una falacia. En el mismo, Montero comenta cómo para estos soldados el conflicto carece de sentido, ya no hay para ellos una causa por qué pelear.
Un soldado, tal vez la segunda profesión más antigua después de la prostitución, desea morir con gloria, sentir que su vida ha sido entregada a cambio de algo, así sea de la gloria misma, como en el caso de Aquiles (en la película Troy, por cierto, pues no he leído la Iliada, que inculto, ¿verdad?). No voy a discutir si existen o no guerras justas, solo a recalcar que ésta carece de sentido incluso dentro del imaginario que originalmente la auspició. El pueblo no quiere guerra, el congreso no quiere guerra, y siguen allí.
Estos jóvenes fallecidos no son héroes por haber defendido una causa justa, ni siquiera cierta, ni siquera sustentada por sus propios aparatos ideológicos, sino porque murieron invadiendo un país lejano. Su gobierno los hizo héroes para justificarse. Todos lo hacen desde que se tiró la primera piedra en nombre de algún pedazo de tierra. La mayoría de estos muchachos probablemente ingresó al ejército porque era una forma de ganarse la vida honrosamente y lograr en poco tiempo cierta comodidad económica. Servir a su país ciertamente añadía categoría al trabajo.
Las cruzadas, por ejemplo, no puede decirse que fueron justas, pero los caballeros que marcharon allá lo hicieron con la convicción de que servían una causa divina o de que se iban a lucrar grandemente. En el caso de Irak, los que más dinero ganan son los “soldados” privados pagados por el gobierno que defienden localidades importantes (¿pozos petroleros?) después que ha pasado el furor del combate. Estos pueden llevarse hasta mil dólares diarios y no tienen que jurar lealtad a la patria. Estos no serán enterrados como héroes con una bandera sobre su ataúd. Tampoco necesitan demasiado condicionamiento ideológico. En el pasado se usaba un nombre para ellos: mercenarios.
Hoy día, dado que ciertas capitulaciones internacionales prohíben el uso de mercenarios en combate, se les llama contratistas privados de seguridad y su labor es velar lugares más “seguros”. Hace poco algunos fueron asesinados por militantes islámicos tras ser capturados mientras conducían un vehículo. La cosa está mala, estos empleados subcontratados por el gobierno para ser soldados, muchos lo fueron antes, también se están muriendo, claro que en menores cantiades.
¿Con cuánto heroísmo?
26 julio, 2007 a 12:30 am
UNA KUWA SIASA LENYE CHENU MAKALAS
SWAHILI AGAIN MAYBE YOU SHOULD READ MORE ABOUT IT IN THE MIGUELITO ARTICLE
23 agosto, 2007 a 3:00 pm
me alegro de que hayas aprendido algo